Anorgasmia ¿Qué es y cómo puedo solucionarlo?
Son muchas las preguntas que diariamente nos hacen nuestras pacientes en la consulta, pues la Anorgasmia sigue siendo una disfunción muy frecuente en la mujer, entre ellas citamos algunas:
- Yo siento, aunque no llego al orgasmo, pero aclaro que no soy frígida. ¿Es curable?
- Perdí por completo el orgasmo, ¿puedo recuperarlo?
- Hace 6 años que me separé y he reiniciado mi vida sexual con otro hombre, pero con él no término. ¿Estoy perdida para siempre?
- No puedo terminar con mi actual pareja: él eyacula demasiado rápido, con otras parejas a mí no me pasaba y él me dice que con todas sus parejas anteriores ellas acababan con facilidad, ¿estaré con un problema psicológico?
- ¿La ausencia de orgasmo en la mujer se debe a alguna enfermedad orgánica?
- Nunca puede llegar al terminar, a veces me ha parecido que lo tenía pero no estoy segura, ¿cómo puedo saber con certeza si lo consigo?
- Por más que me esfuerzo no logro terminar con mi pareja y eso que él me estimula de distintas maneras
Estas preguntas son bastante características en nuestros consultas. Y llama la atención que muchas mujeres se sienten desesperanzadas de poder lograr el orgasmo.
conceptualización de la Anorgasmia
Pero… ¿qué entendemos por Anorgasmia? es definida la Anorgasmia como el “retraso o ausencia persistente o recurrente del orgasmo después de una fase de excitación normal en la actividad sexual, considerada como adecuada en su foco, intensidad y duración”.
Cabría aclarar un par de cosas: por un lado, si bien el orgasmo es la culminación del placer erótico, algunas mujeres gozan de las relaciones sexuales aunque no puedan terminar; por otro, este tema tan debatido, particularmente desde Freud, que refiere a lo que se denomina orgasmo vaginal y lo que se llama orgasmo clitoridiano, reservando una presunta normalidad para el primero y lo patológico o inmaduro para el segundo. Hoy decimos que ambas situaciones son normales.
La semana pasada una mujer en una primera consulta refería “cuando mi compañero me estimula la zona del clítoris, ya sea con la boca o con la mano, logro con facilidad el orgasmo; pero esto no sucede así con la penetración, ¿es normal?
En primer lugar debo aclarar que la respuesta orgásmica es una sola, aun cuando los estímulos sexuales puedan recibirse a través de distintas zonas del cuerpo, o con las fantasía sexuales. Hay mujeres que tienen orgasmo por estimulación de los pezones -y a nadie se le ocurriría hablar de “orgasmo mamario”- , otras, por caricias en el Monte de Venus, o por estimulación en la zona anal. Están aquellas que constituyen el grueso de la población femenina (un 50% aproximadamente) que además de la penetración necesitan ser estimuladas en la zona del clítoris y de los labios menores. Sólo un 35% llega exclusivamente por penetración, con la salvedad de que siempre la estimulación directa o indirecta del clítoris participa de esta respuesta.
Dicho de otra forma: en todo orgasmo femenino intervienen, en cuanto a la recepción de los estímulos, tanto la vagina como la zona clitoridiana, y en la faz de la respuesta motora siempre se dan contracciones vaginales, amén de las reacciones corporales extragenitales y las emocionales. Por lo tanto, se considera normal tener orgasmos, con independencia de la vía de estimulación y excitación a la que esa mujer y su pareja recurran.
disfunciones sexuales en la mujer
Las causas de las disfunciones sexuales femeninas son de origen variado y múltiples factores pueden coexistir para producirlas. Aunque a veces se piense lo contrario, las causas físicas no suelen ser las más frecuentes. Claro que enfermedades graves (problemas hormonales, hipotiroidismo, diabetes avanzadas), los tumores, las operaciones traumáticas, etc., pueden afectar la respuesta orgásmica, al igual que ciertos fármacos, pero lo más frecuente es ver la incidencia de factores situacionales como, por ejemplo, la estimulación inadecuada por parte del varón: las mujeres no siempre se excitan con el mismo estímulo, ni en el mismo lugar ni con la misma posición. Y, lo que es más digno de rescatar, no siempre se excitan y estimulan como el varón cree que ellas lo logran. Es el famoso yo creía que a ella le gustaba…
Una de las causas principales es la escasa comunicación, ya que muchas personas creen que todo se tiene que dar espontáneamente y que nada hay que hablar sobre lo que a cada uno le pasa: esto puede ser lesivo para la sexualidad. Si alguien se entiende a la perfección sin hablar bienvenido sea, pero si no, ¿van a tener que quedar en silencio, penando por ello?
Es indudable que también tienen mucho que ver las actitudes machistas y un marco de represión familiar y educativa, en el que nunca se explica a los jóvenes ni a los adultos cómo es la respuesta sexual fisiológica.
También hay que destacar la incapacidad de ciertas mujeres de abandonarse a las sensaciones placenteras y estar pendientes de si van a terminar o no, de allí que muchas finjan el orgasmo, lo que les crea una situación tensa y poco grata. Fingir los orgasmos condena a una mujer a seguir haciéndolo y a no poder gozar, ya que está más pendiente de la escena que tienen que dramatizar que de su propia entrega al placer orgásmico. Para ella es más importante que él se sienta varón por producirle el orgasmo que su propio goce. Podríamos decir que para poder empezar a tener la posibilidad de orgasmar – si cabe el neologismo- : hay que dejar atrás la actuación y los fingimientos.
El eje central del tratamiento de la Anorgasmia es la Terapia Sexual, psicoterapia focalizada, y de resolución sintomática.El objetivo principal de estos tratamientos es lograr que la mujer se entregue a la experiencia sexual sin temores ni culpa, cambiando el sistema sexual en la que se mueve.
A nivel vivencial, la Terapia intenta crear un ambiente no exigente, relajado y sensual, que permita el natural transcurrir de su respuesta sexual. Se alienta a la pareja para lograr comunicarse abiertamente sus sensaciones y deseos y se prescriben tareas que ambos deberán realizar en su casa. Con esto se logra eliminar los obstáculos inmediatos que se oponen a un buen funcionamiento sexual.
La terapia sexual y la psicoterapia suelen complementarse, justamente para resolver otros problemas más profundos y antiguos: conflictos de la infancia, escenas infantiles de abuso sexual, fobias, depresión, y trastornos de la personalidad; en estos casos se necesitan sumar esfuerzos para resolver el problema.
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